
Una breve y linda historia de amor de Boris y Haydée.
Un día como hoy, 9 de diciembre de 1928, hace 96 años nace el patriota insigne Reinaldo Boris Luis Santa Coloma, en el municipio habanero de San Nicolás de Bari, en La Habana.
Hoy, lo recordamos a través de esta linda historia de amor entre dos grandes e inolvidables revolucionarios Boris Luis y Haydee Santamaría, según cuenta la periodista de Radio Rebelde, Teresa Valenzuela García, el amor llegó de forma inesperada a las vidas de ellos.

la izquierda), Haydée, Elda Pérez, Melba Hernández y Jesús Montané.
Refiere Teresa que en el peligro de enfrentar la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista el sentimiento creció en los dos, con similar pasión de otros enamorados. Fueron los tiempos de las reuniones y conspiración de un grupo de revolucionarios en el apartamento de Abel Santamaría, hermano de Haydée ubicado en las calles 25 y O en el Vedado. Un día vio a Boris desde lejos y le dijo a Jesús Montané: “Oye, la verdad yo quisiera conocer a ese joven, aunque ahora no puedo, porque después pregunta dónde vives y no se lo puedo decir”.
Pero casualmente, Montané y Boris eran amigos. Y también el joven se interesó en Yeyé-Haydée-. Sin saberlo, el destino los estaba juntando.
Cuando fueron presentados por picardía del amigo común, Yeyé pensó, “Ahora qué lío, y cuando me pregunte dónde vivo y esas cosas, ¿qué digo? Así fue. ¿Dónde tú vives? ¿Quién tú eres? La hija de nadie, la hermana de nadie, no podía decirlo”.
Ellos lo sabían, el día de hoy podía ser el último de sus existencias. Decidieron amarse con ese ímpetu propio de los que tienen la convicción de que sus vidas ya estaban unidas por un amor más solar que el de la carne; por un sentimiento más allá de los besos y los mimos, por un amor de patria grande.
Ella había brotado entre aquellos girasoles que cultivaba en los campos floridos de un batey azucarero, y ante el amor se descubrió tímida, azorada por la presencia de aquel joven tan guapo, tan decidido, con ese carácter de los hombres que no huyen al primer latido enamorado del corazón. Se supo frágil ante el sentimiento desbordado que le robaba los sueños y la aparente tranquilidad de un alma campesina en medio de la urbe desenfrenada. Él, silvestre como los potros de la guerra, había venido a la capital, desde San Nicolás de Bari, para sus estudios universitarios en Ciencias Comerciales, y con la seguridad de que hallaría los resortes verdaderos de la lucha contra la tiranía.
Yeyé aprendió a vivir entre la felicidad y los miedos de perder su gran amor de familia y a aquel otro, el que le traería las noches de poemas, las noches inabarcables de amores en la alegría de las desnudeces, de los llantos de cuna y de las preocupaciones infinitas.
El 26 de julio, Boris Luis dio muestra de una grandeza inusual entre los seres comunes, lejos de salvar su vida al salir ileso de los muros del Moncada, regresó en busca de Haydee y de sus compañeros de lucha en el hospital Saturnino Lora. Le fue en esa acción la vida.
A los 24 años, cuando solo le faltaban dos asignaturas para concluir su carrera universitaria, fue segada la vida de Boris Luis Santa Coloma, que murió como había vivido: con la verdad de su parte.
Hoy una Empresa Agroindustrial Azucarera en Mayabeque, en la región occidental de Cuba lleva su nombre.
Fuente consultada: Libro sobre la generación del centenario, de la periodista Marta Rojas.