Agroazucareros de la Empresa Agroindustrial Héctor Rodríguez marchan con sobrecumplimientos en su programa de crudo.

Por Ramón Avalos Rodríguez

Cuando la zafra se adentra al primer mes del 2023, los trabajadores del central Héctor Rodríguez Hernández, pertenecientes a la empresa agroindustrial azucarera homónima, marchan con un sobrecumplimiento ascendente a las mil 157 toneladas métricas de crudo.

Con aceptable evolución de los indicadores de eficiencia, unos más otros menos, el colectivo mantiene su palabra empeñada en cumplir el compromiso de la actual contienda.

Al decir del director de la planta industrial Julio Cesar Finalet, le restan por hacer a partir de ahora 23 mil 243 toneladas de crudo y de mantener un ritmo diario en el entorno de las 250 toneladas pueden cumplir a mediados de abril.

El principal problema que afecta alcanzar la molida planificada está centrado en el suministro de materia prima, dijo.

De igual manera Finalet aseguró que, una vez arrancada sus máquinas el ingenio, dedicaron varias moliendas a la producción de meladura, tarea que continúan en medio del proceso de fabricación de azúcar, como parte de la estrategia que sigue el sector en su recuperación, acorde con el programa de las 93 medidas.

En otro orden, señalar que la nómina de las plantas moledoras en Villa Clara la completan José Quintino Bandera Betancourt y Heriberto Duquesne y el caso de Carlos Baliño que tiene el encargo de fabricar un volumen de azúcar orgánico durante una veintena de días, con destino a la exportación.

El resto de las empresas agroindustriales son contribuyentes con su materia prima a las plantas moledoras y solo tienen como encargo industrial la fabricación de meladura destinada a la elaboración de de alcoholes y alimento animal como son los casos de Ifraín Alfonso Liriano, José María Pérez Capote, Abel Santamaría Cuadrado y Pedro Perucho Figueredo y Cisneros, mientras el Francisco (Panchito) Gómez Toro continúa parado por enfrentar un proceso inversionista.

Al mismo tiempo, la provincia también tiene el encargo de fabricar el mayor por ciento de azúcar refino del país, donde intervienen los sistemas fabriles George Washington, Quintín Bandera y Chiquitico Fabregat.