A partir de la manera en que  la Covid 19  se extiende y  agrava su comportamiento, modifica el hacer y el saber hacer de las personas, diseñando modos de actuar para accionar frente a la incertidumbre y preocupaciones propias de la pandemia.

Por otro lado, los adversarios de la Revolución han tratado de utilizar el complicado escenario como caldo de cultivo para distorsionar los esfuerzos que el país realiza en medio de una situación que se agrava aún más por el recrudecimiento del bloqueo del gobierno norteamericano.

Un camino bien empedrado por el cual transitamos todos, aprovechado por la máxima dirección del partido y el gobierno en  nuestro país para dirigir su atención a cómo salir del tan complicado escenario creado por la pandemia y el bloqueo, dedicándole el mayor tiempo en el afán de construir una sociedad mejor.

En ese sentido el diálogo ocupa un especial protagonismo y se asume como estrategia para tomar, bien o mal, acuerdos o desacuerdos y hacia ahí ha estado dirigido el accionar por estos días con jóvenes, economistas, juristas, constructores y estudiantes, entre otros.

Muy atinado para ganar voluntades abiertas, para escuchar, nos guste o no, lo que un interlocutor piensa y hace, razonar y trazar juntos el mejor camino.

Claro, apostar por un diálogo con los que quieren Revolución, puesto que, parafraseando al Che, con el enemigo ni un tantito así.

Tampoco significa uniformar el pensamiento, sino igualdad que tampoco es igualitarismo, dialogar honestamente, así como magistralmente y con esa fuerza moral lo viene fomentando nuestro Primer Secretario del Comité Central del Partido y presidente del país, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Bajo las condiciones actuales cuando libramos un fuerte duelo epidemiológico y contra el cruel bloqueo hay que dialogar con todos los que respetan y confían, con un lenguaje común, capacidad de escucha, comprensión de la realidad y sumando  voluntades.